Nació en un entorno de una familia de pastores, ellos eran capaces de cocinar cualquier cosa, contando con una paciencia y dedicación, para la elaboración casi perfecta, teniendo en cuenta que las cosas en aquellos tiempos eran mucho más complicadas que ahora. Puesto que, antiguamente no disponías de cualquier ingrediente que pudieras necesitar.
Su madre siempre ha sido una gran cocinera y fue aprendiendo a cocinar desde muy joven, en diferentes casas de gente pudiente cocinando para ellos, al igual que su madre y sus hermanos.
Cuando se trasladaron a Valencia (Ribarroja del Turia), allí poco a poco se introdujo en el mundo de las fallas y no tardó mucho tiempo, en especializarse en hacer paellas. Se rodeaba de grandes paelleros sin renombre, pero especialmente impresionantes. Podríamos decir que fue en estas reuniones, dónde se fue aficionando a la cocina destacando rápidamente en arroces y paellas dado la escuela, que le precedía. Posteriormente se trasladó a vivir a Extremadura (La Zarza), allí se dedicaban a la explotación de minas de arcilla.
Todos los comienzos son difíciles, entonces venían clientes a la mina y al no estar en una situación económica ideal, se encargaba de hacerles la comida: paellas y arroces. De ahí, pasó al “boca a boca” y todo el mundo le decía, que se tenía que dedicar a la cocina y que el triunfo sería garantizado.
Así se lanzó a montar La Casa de la Paella y el Asado, basado, en la cocina tradicional de algunas zonas de nuestro país. Recibió una gran ayuda de su familia, que apostó desde el principio por el negocio. Tras 4 años, empezó a funcionar espectacularmente hasta el día de hoy.